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Maider Ortega Ruiz, Txantxuliren jantziaren azpian.

Maider Ortega Ruiz, debajo del disfraz de Txantxuli.

El sábado viviremos un día especial. Después de dos años, retomaremos la fiesta de fin de curso y nos reuniremos todos/as para celebrarlo. Entre todos/as los/as miembros de la ikastola hay alguien que es muy especial tanto para los/as niños/as como para los padres y madres: Txantxuli. Maider Ortega Ruiz conoce bien a Txantxuli, y hablamos con ella sobre el festival.

Se acerca el festival. ¿Se nota desde primeras horas del día que es día de festival? ¿Cómo se despierta el cuerpo en estos días?

Más que desde primera hora del día, es algo que se nota desde la tarde del día anterior. Los preparativos de última hora, los nervios de profesores/as y miembros de la dirección, las conversaciones de los/as niños/as…

Uno/a: “Mañana comeremos en la campa de la ikastola!”

Otros/as: “Habrá hinchables… Me pintaré la cara de Marimo… “

Y en una ocasión así algún/a niño/a dice: “Mañana vendrá Txantxuli, ¿no?”

Tú, además, tienes un papel importante ¿Cómo vives el festival desde tu papel?

Por la mañana participo en los talleres, donde voy escuchando pensamientos sobre Txantxuli de niños/as y adultos/as. Hacia el mediodía, almuerzo con mi familia en la campa, después de comer vuelve a aparecer el nombre de Txantxuli en alguna conversación, a qué hora sale o cuál es el paseo que hace… A medida que va avanzando la tarde veo las miradas de los/as niños/as mayores sobre mí, casi cuándo me voy a mover para saber que viene Txantxuli. He hecho varios intentos para que nadie note que soy yo, pero son niños/as y no puedo engañarlos/as…

Una vez llegue la hora, me voy a preparar para ser Txantxuli con la ayuda de uno/a de los padres o madres de la clase de 2 años. Por poco que se vea desde el pico de Txantxuli, puedo ver las caras de emoción de los/as niños/as, unas veces alegría, otras miedo, muchas veces no saben ni qué sentir, pasan por su interior mil emociones diferentes hasta que el reflejo en su rostro queda patente.

También para los/as adultos/as llega el momento de volver a sentirse niños/as cuando aparece Txantxuli… el photocall, las fotos de grupo, en el caso de muchos aparece su mascota de pequeño/a para compartir el día con la familia que ellos/as crearon… cuántos recuerdos de la época de las ikastolas. Y yo, un año más, tengo el honor de poder vivir en primera persona todos esos momentos que crea Txantxuli.

¿Es más especial el festival de este año que los del último?

En los dos últimos años no se ha podido celebrar el festival y el de este año es muy especial. En el caso de algunas familias es el primer festival, este año queremos que lo prueben y que no olviden nunca.

Por un lado, es especial porque es el primero que se hace después de la pandemia, pero  ya se han eliminado las burbujas, se ha eliminado también la obligatoriedad de llevar la mascarilla, y tenemos la posibilidad de disfrutar juntos/as.

¿Acaso los padres disfrutan más que sus alumnos/profesores?

Para los padres y madres existe la posibilidad de asociarse con otros/as padres/madres que hayan sido compañeros/as de clase de sus hijos/as. En el día a día, el trabajo de los padres y madres, las actividades extraescolares… y por diferentes cosas les falta tiempo para disfrutar del patio de la ikastola y de sus padres/madres. El festival, aunque sea una vez al año, suele ser el momento de recuperar esas uniones.

¿Qué día esperas que salga?

Increíble, sol, no demasiado calor… ideal [se ríe].

Lo cierto es que tanto por parte de los/as profesores/as, como de los/as alumnos/as, como de los padres y madres, se trabaja mucho para que todo esté bien atado. También hay espacio para la improvisación, pero siempre es un día maravilloso.

El festival se lleva adelante con la participación de los padres y madres. ¿Es importante que se sientan parte de la fiesta?

Para poner un buen final al curso tienen que participar los/as alumnos/as, es el final de un curso para ellos/as. Un cambio de ciclo o etapa para algunos/as, señales que van ganando terreno, profesores/as o compañeros/as… quién sabe cómo será el próximo curso, pero hay que poner fin a lo que termina este año. Pero la participación de los padres y madres también es imprescindible. Talleres, talos, demostraciones de actividades escolares, juegos, comida popular, karaoke… sin la presencia de cada una de las secciones que formamos la ikastola no sería posible.