En las últimas semanas hemos estado avisando de que el 31 de mayo íbamos a tener algo importante en Andramari Zornotzako Ikastola. Hoy se acabó el secreto. El martes a las 18:00 podréis saber mas cosas en la biblioteca de la ikastola. La sexóloga y educadora Ane Ortiz Ballesteros nos cuenta en qué consiste el proyecto y en qué trabajarán a partir del próximo curso:
El 31 de mayo habrá una mesa redonda, ¿de qué se hablará en ella?
Ese encuentro, que se llevará a cabo ese día, pretende ser el siguiente paso en un proceso que ya está en marcha.
Detrás de este espacio tenemos un grupo motor de padres y madres que se ha construido desde las preocupaciones que surgen en el uso de las tecnologías. Quiere ser un espacio participativo, invitando a todas las familias de la comunidad.
En la sesión se presentará un programa que tendrá continuidad de cara al próximo año, basado en el uso de la tecnología y las redes sociales, con el objetivo de contar con la adhesión de las familias.
Asimismo, entre los padres y madres, trataremos diferentes contenidos relacionados con el tema y trataremos de responder, entre otras, a las siguientes preguntas: ¿cuál es nuestra responsabilidad como padres? ¿Dónde queremos situarnos ante el uso de las redes sociales? ¿Qué tipo de elaboración podemos realizar para promover un uso adecuado de las tecnologías en la Comunidad?
En los primeros años de la vida aprendemos a socializar. Después vienen los móviles, ¿ayudan hoy en día al desarrollo de la socialización?
Aunque existe una gran controversia entre los profesionales sobre este tema, podemos decir que la mayoría compartimos las recomendaciones recogidas en los últimos estudios: pantallas a partir de 2 años y en una frecuencia muy baja entre 2 y 5 años.
El debate está a partir de esa edad. De hecho, en las familias cada vez piden antes móviles propios y diría que ahí está la mayor dificultad. Pero, sin duda, la clave no está en las redes sociales, sino en su uso. El uso adecuado y equilibrado de las redes sociales, y de la tecnología en general, puede ayudar al desarrollo de la socialización y otras muchas cosas.
Por poner un ejemplo, a los/as jóvenes que tienen dificultades para socializarse o comunicarse, las redes sociales les han abierto un montón de puertas y allí han encontrado un espacio para hacer frente a sus dificultades. Y siempre que lo hagamos con la ayuda de padres/madres y educadores/as puede ser una gran oportunidad para desarrollar las capacidades del/la joven.
Una vez con el móvil, los/as jóvenes tienen la posibilidad de ver cualquier tipo de contenido, entre ellos el contenido pornográfico o el contenido violento ¿hasta qué punto debe conocer el/la joven esos contenidos?
Los/as niños/as no deberían tener acceso frecuente a este tipo de contenidos. ¿Por qué digo esto? Porque es imposible no acceder a este tipo de contenidos. ¿Pones la tele, y cuánta violencia ves? ¿Cuántas situaciones de violencia vivimos o vemos en el día a día en la calle?
En el caso de la pornografía, también está muy disponible. Somos conscientes de que el consumo de pornografía ha aumentado considerablemente en los últimos años y que comienza entre los/as más jóvenes.
Por lo tanto, antes de que el contenido llegue a ellos/as es fundamental educarlos/as y enseñarles qué es la pornografía, qué busca, qué representa y que es la ciencia ficción de la erótica, siempre adaptada a la edad de los/as niños/as y jóvenes. Pero es importante que cuando estemos a nuestro lado adquieran estos contenidos y tratemos estos temas con ellos.
“La solución no es prohibir la tecnología”
¿La actitud de los/as padres/madres es importante?
Importante y urgente. El papel de las familias frente al uso de las tecnologías es fundamental. Tienen una gran responsabilidad, pero la responsabilidad es de toda la comunidad y no podemos mirar para otro lado.
Tenemos que ofrecer a los/as niños/as y jóvenes herramientas para hacer un uso adecuado de las tecnologías, recursos para gestionar los tiempos, formas de filtrar contenidos, etc. Pero tenemos otra cosa imprescindible para trabajar: “Yo y el plano digital”.
¿Cuál es mi actitud hacia la tecnología como padre o madre? ¿Cómo me relaciono con el móvil? ¿Cómo gestiono las conversaciones de Whatsapp? ¿Cuando estoy con el móvil satisfizo las necesidades de mis hijos/as? Estas y otras muchas preguntas que debemos responder y trabajar. Como ponen de manifiesto las aportaciones de la neurociencia en los últimos años, lo que hacemos es más importante de lo que decimos. Por lo tanto, somos un ejemplo.
¿Así que los/as niños/as o jóvenes toman como referencia la relación de los/as padres/madres con el móvil para después actuar ellos/as mismos/as de la misma manera?
Sí. Nos leen y nos imitan muchas veces. Sin embargo, los padres y las madres no serán los/as únicos/as referentes. A medida que se vayan cumpliendo años, los/as nuevos/as referentes estarán presentes, en la mayoría de los casos los/as miembros que conforman el grupo de iguales. Por lo tanto, es imprescindible realizar un trabajo integral en la comunidad para que todos/as los/as agentes que la componen se mantengan en la misma línea.
¿Cuál es la edad aproximada adecuada para que los/as jóvenes tengan un móvil?
Pregunta difícil y hasta muy discutible. Buscamos la edad que nos garantice que los/as hijos/as no estén expuestos/as a riesgos. El problema es que esas garantías nunca han existido, ni existirán. Pero ni en este ni en ningún otro campo de nuestra vida.
No se trata de tantos años, sino de si mi hijo/a está preparado/a para tener un móvil. En todo caso, habrá que reflexionar sobre las capacidades necesarias para tener un móvil y determinar el uso que vamos a fomentar en función de las mismas. Por eso debemos prestar más atención a saber si nuestro/a hijo/a está preparado/a y a enseñar y educar en el uso adecuado de las redes sociales. Por lo tanto, es básico que haya comunicación en la familia, que se definan bien cuáles son los objetivos del uso del móvil y que se establezcan los límites acordados.
Y para terminar, me gustaría compartir también la siguiente idea: la solución no es prohibir las tecnologías. El objetivo en la juventud es, ahora más que nunca, es educar y ayudar en el uso seguro y responsable de las tecnologías. También es fundamental educar en el respeto a la diversidad y fomentar las relaciones no violentas a todos los niveles. Al fin y al cabo, el plano digital no es más que el reflejo de las conductas que se producen en el plano analógico, con ligeras diferencias, puede multiplicarse y acelerarse el impacto de nuestras acciones. Enfoquemos la visión hacia las cosas básicas, poniendo en el centro el respeto, el cuidado y el bienestar de la comunidad.